Se llama Alejandro. Es un hue’ón
alto, muy flaco, con la cara demacrada y ojos muy azules. Tiene el pelo largo,
pero siempre lo lleva atado como cola de caballo. Fuma, nunca lo he visto sin
un cigarro en la mano. Y toma Coca-Cola, mucha Coca-Cola, en botella desechable
debido a que está chato de las botellas retornables. El hue’ón es mi jefe, o
algo por el estilo. Llegó a la banquetera cuando era pendejo, lo llevó el Memo
Concha. El Memo no importa en esta historia. Trabajó de garzón, de barman,
cargando los camiones del arriendo, pero ahora el hue’ón es el jefe. Es bueno
pa’l hueveo. No bebe alcohol, se curó una vez y nunca más volvió a tomar. Pero
fuma mucho. El Ale estudiaba derecho, pero nunca hizo la práctica, por ende
tampoco dio el grado, dice que en ese tiempo necesitaba plata y la práctica de
los abogados no es remunerada, por eso se metió en la banquetera. A veces lo va
a ver una mina a los eventos, una hue’ona rubia teñida, de tetas operadas que
al parecer es su polola o algo así. El hue’ón es misterioso, casi nunca cuenta
cosas de su vida, en volá lo pasó mal en el pasado. El Ale casi nunca come,
nunca lo he visto comer un plato de comida, lo único que lo he visto comer es
una mini hamburguesa de cóctel de Felipe Didier en algún evento hace un par de
años, cuando yo aún era garzón. El Ale fuma marihuana, fuma bien porque el
hue’ón gana mucha plata. Fuma porque el hue’ón vive estresado y de algún modo
tiene que relajarse. Yo creo que no hizo la práctica porque la plata que
necesitaba era pa’ comprar marihuana. Usa de matacola una caja de fósforos
Acuenta. La vida del Ale es un misterio, algún día tendré la oportunidad de
charlar con él. De momento solo sé lo que veo cuando trabajamos juntos.
1 comentario:
De alguna forma quisiste que quisiera conocer al Ale, casi como si fuera un amigo mío o alguien que me gustaría que lo fuera. Escribís bien rucio, me gusta como describes porque me siento parte de la historia.
Saludillos <3
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