lunes, 19 de noviembre de 2012

el Ale


Se llama Alejandro. Es un hue’ón alto, muy flaco, con la cara demacrada y ojos muy azules. Tiene el pelo largo, pero siempre lo lleva atado como cola de caballo. Fuma, nunca lo he visto sin un cigarro en la mano. Y toma Coca-Cola, mucha Coca-Cola, en botella desechable debido a que está chato de las botellas retornables. El hue’ón es mi jefe, o algo por el estilo. Llegó a la banquetera cuando era pendejo, lo llevó el Memo Concha. El Memo no importa en esta historia. Trabajó de garzón, de barman, cargando los camiones del arriendo, pero ahora el hue’ón es el jefe. Es bueno pa’l hueveo. No bebe alcohol, se curó una vez y nunca más volvió a tomar. Pero fuma mucho. El Ale estudiaba derecho, pero nunca hizo la práctica, por ende tampoco dio el grado, dice que en ese tiempo necesitaba plata y la práctica de los abogados no es remunerada, por eso se metió en la banquetera. A veces lo va a ver una mina a los eventos, una hue’ona rubia teñida, de tetas operadas que al parecer es su polola o algo así. El hue’ón es misterioso, casi nunca cuenta cosas de su vida, en volá lo pasó mal en el pasado. El Ale casi nunca come, nunca lo he visto comer un plato de comida, lo único que lo he visto comer es una mini hamburguesa de cóctel de Felipe Didier en algún evento hace un par de años, cuando yo aún era garzón. El Ale fuma marihuana, fuma bien porque el hue’ón gana mucha plata. Fuma porque el hue’ón vive estresado y de algún modo tiene que relajarse. Yo creo que no hizo la práctica porque la plata que necesitaba era pa’ comprar marihuana. Usa de matacola una caja de fósforos Acuenta. La vida del Ale es un misterio, algún día tendré la oportunidad de charlar con él. De momento solo sé lo que veo cuando trabajamos juntos. 

1 comentario:

Kota dijo...

De alguna forma quisiste que quisiera conocer al Ale, casi como si fuera un amigo mío o alguien que me gustaría que lo fuera. Escribís bien rucio, me gusta como describes porque me siento parte de la historia.
Saludillos <3