domingo, 15 de marzo de 2015

Los días olían a vodka sin limón

Sintió reventar en su cara las burbujas de dióxido de carbono que salían de su vaso con vodka tónica. Le gustaba sentir las finas gotas chocar en la punta de su nariz y sus mejillas. Lástima que durara tan poco ese instante. Se imaginaba que podía ser algo así como la erupción de un volcán. El primer sorbo siempre venía acompañado de este pensamiento. Bueno, no en esta ocasión. Tenía la cabeza en otro lado. En parte por las cervezas que había tomado antes y por el pito que le habían ofrecido en el baño del Teletrak. 

Otra vez las pequeñas burbujas de agua tónica en su cara. En esta ocasión sin vodka. Qué desgracia. ¿Cómo mantenerse sin pensar en hueás sin un vodka tónica?

En la mesa del fondo estaban cantando canciones de Peralta y Zitarrosa. Buena combinación, quizás. Le dieron ganas de cantar. Tomo al seco lo que le quedaba en su vaso e intentó unirse al grupo. No lo consiguió.

Mañana siguiente. Qué molesto el dolor de cabeza, pensaba. Encendió un cigarro, fue a la cocina y se sirvió una cerveza. No le importaba tomar antes de las doce. La verdad es que no tenía conciencia de la hora que era. Por la calle pasaban las señoras con su carros de feria llenos de frutas y verduras.

Un gato maullaba a lo lejos.

Otra cerveza y el quinto cigarro del día. Lo dejó a medias en el cenicero y se terminó de quemar solo. Un largo y frágil molde del cigarro hecho ceniza. La brisa que entró por la ventana terminó por destruirlo.

La quinta carrera en el Hipódromo. Iba para atrás. Los datos seguros que tenía le habían fallado. Apostó a un caballo al azar y ganó. Le pareció cómico el nombre del caballo. "Pagaría por no verte". En esos momentos él pagaría por no verla. El caballo era un ñato, pero igual ganó. A ella no había cómo volver a ganarla.

Con lo ganado se fue a chupar al Serena. Un chichón para empezar. De fondo, la radio cacharrienta  de siempre con la Imagina sonando.

Hoy la vi, fue casualidad/Yo estaba en el bar, me miró al pasar/Yo le sonreí y le quise hablar

Pero ella no pasó y no volvería a pasar.

Ahogó el último llanto por la muerte de su compañera en un vaso de vodka con dos hielos y sin limón.

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