martes, 14 de julio de 2015

La Negra

Fue en un momento inesperado
no es que haya sido algo que pensé mucho
te fui a buscar y no nos separamos más.

Compañera de andanzas y de locas aventuras
cuántos kilómetros recorrimos
algo así como 0,00002 UA (¡y quizás es una exageración!).

Ojalá nos hubiese alcanzado para llegar al sol.
Pero tendría que andar sobre ti toda una vida
o no tanto, pero igual es mucho.

Negro brillante y plateado tus colores,
como un carbón reluciente de la mina de Lota
algo difícil, porque el carbón es opaco.

Pero tú brillas aún.
Con cada vez más grasa a pesar de los esfuerzos por quitarla.
Cada gramo de grasa que yo perdía tú lo absorbías.

Un trato justo, si pensamos que yo hacía harto esfuerzo.
Aunque llevarme a cuestas tampoco ha de ser fácil
menos subiendo (y fueron muchas subidas).

Un día cortaste tus cadenas.
Algo así como la premonición de lo que se venía.
Tu libertad. Un descanso (al fin) después de tanto trecho andando.

Romper cadenas y ser libre.
Yo me sentía libre contigo, era cosa de pescarte y ya.
Hasta donde el cuerpo aguante.

Hoy, contrario a lo que creías, te encerré.
En la oscuridad. Como si volvieses a ser un carbón a más de 500 metros bajo el mar.
Esperando que un próximo valiente minero baje a rescatarte 
para que vuelvas a las calles a brillar.

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Dedicado a "La Negra", mi antigua bicicleta.

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